La casa azul y las mil Fridas

La casa azul de Frida Kahlo es de esos lugares que están siempre por ahí en mis recuerdos. Crecí y fui a 3 escuelas (preprimaria, primaria y preparatoria) a distancias caminables de ese lugar, crecí en Coyoacán. He ido a la casa azul desde que tengo memoria, por gusto, por ociosidad, por idolatría, por condescendencia, por complacer, hasta por obligación escolar he ido. Cuando no estaba de moda, cuando empezó a estar de moda, incluso ahora que está tan de moda que es insoportable.

Conocí ese cuadro tan famoso de las dos Fridas ahí. Me gustó, me gustó porque en el fondo, ¿qué mujer no se ha sentido al menos dividida en dos?

Museo casa azul
Créditos a quien correspondan

Hoy hay por los menos mil Fridas, casi todas con algún reclamo, casi todas en la imaginación de una o unos que la seguimos usando de alguna forma, para criticar, lastimar, idolatrar o seguir.

Amé, idolatré, odié y revaloré a mis mil Fridas, le reclamé a una no ser la feminista non plus ultra del siglo XXI, le reclamé a otra que su arte no fuera lo que yo necesitaba que fuera, adoré a una más por escribir un diario tan lleno de ella y su voz y sus heridas, revaloré a otra más, pero creo que sobre todo las visité en distintos momentos de mi vida a través de su casa.

La casa azul de la calle de Londres, en la misma calle de mi preprimaria, a 5 cuadras de mi primaria, a 10 aproximadas si la memoria no me falla de mi preparatoria. La casa donde me senté a pensar, a platicar, a tomar café, a soñar con que mi voz también podría importar, incluso si alguna vez mi voz no era tan bien recibida. Esa casa es un punto de referencia en el mapa de Coyoacán, ya sea para los que vivimos y habitamos esos espacios cotidianos o para los que vienen de visita.

La casa azul y su habitante que nos fue quitada, expropiada y ahora nos cobran casi por acercarnos, ahora que hay puestos en la calle, frente a su puerta de entrada, con el bonito souvenir en precio para turistas, esa casa sigue siendo tan de Coyoacán, tan de nosotras, tan de esta mujer que logró ponerse en el centro y ser escuchada.

Casa azul
Créditos a quien correspondan

La casa azul que nos recuerda que nos seguirán usando tanto como se les dé la gana y tanto como puedan si les representa  una ganancia. Y ganan siempre que nos demuestran que ella no era perfecta ni como mujer tradicional y menos como feminista 2.0 siglo XXI, que a nosotras hasta cuando no encajamos, se nos exige perfección.

Pero sí, tal vez lo que más amo de la casa azul de la calle de Londres es que en ella, a través de ella, un mundo donde una ella era dueña de su voz, su destino, sus palabras, sus dolores, heridas y decisiones (que aunque no nos parezcan suyas son) me atreví a crecer creyendo que eso era normal, que era lo mínimo, que yo también debo y puedo ser dueña de la ella que soy y de las mil Auras que puedan existir.

Patio azul
Cŕeditos a quien correspondan

Aura Espitia Muñoz Cota

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